miércoles, 27 de junio de 2012

Como comenzó todo...





Todo por un silencio, es lo que pensé cuando decidí acallar sus necias palabras posando mi boca en sus labios resecos. ...Y funcionó... pero me sentí una arrabalera regalando besos. Unos besos que guardaba para el anhelado príncipe azul que nunca acababa de llegar, por eso hasta ese momento no había besado nunca a nadie, porque no creía que hubiera alguien que los merecería.

... y allí estaba yo, con mis 18 años recién cumplidos enmudeciendo unos labios que no deseaba, pero algo se despertó en mi, algo que no conocía y me transformaría en la Lulu que soy ahora...

Comprendí enseguida que un beso obra milagros, que tras ese gesto fortuito conseguí algo... en ese instante acallar una voz. Pero, ¿qué conseguiría si le daba más?, ...y ¿sí fuera capaz de controlar cada instante de la situación, que obtendría?  Los pensamientos volaban en mi mente y decidí comprobar todas las teorías que fugazmente se habían creado dentro de mí. 

 Nula en estas experiencias y nerviosa, recordaba y revisaba mentalmente las miles de escenas de amor que había visto en la pantalla grande. Cerré los ojos mientras conseguía relajar mis labios, imitaba a la perfección cada detalle que mi mente desempolvaba.

Me separé lentamente de sus labios, apenas unos milímetros, y con la punta de mi lengua humedecí sus resecos labios lentamente. Me volví a acercar y tras posar suavemente mis labios en los suyos, mientras mis manos se aferraban a su nuca desnuda, comencé a introducir mi lengua dentro de su boca, buscando la suya. Con mi lengua en la suya empezamos un dulce vaivén donde se mezclaban nuestras salivas y poco a poco el ritmo se iba incrementando. Bruscamente me retiré y volví a acercarme lentamente a su boca, sus labios ya no estaban resecos. Suavemente mordisqué su labio inferior... notaba como su respiración se aceleraba... sus manos recorrían torpemente mi cuerpo...volví a morderle, fue instintivo, esta vez un poco más fuerte. Un suave quejido salió de su garganta disminuyendo su acelerada respiración.

Me separé unos centímetros de su boca, pero me acerqué a su oído para susurrarle que ese no era el sitio adecuado...
Me levanté satisfecha comprobando su reacción y sin decir nada más me marché contenta sabiendo que esto solo era el principio... y realmente así fue...

3 comentarios: